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Su nombre viene del italiano Paparazzo, un personaje de la película La Dolce Vita de Federico Fellini. Sgnifica fisgón, sin escrúpulos, entrometido, y es utilizado para denominar a los miembros de la prensa rosa.
Se encargan, básicamente, de tomar fotos de celebridades. A toda costa. Se les culpa por la muerte de la princesa Diana, los trastornos psicológicos de los hijos de Michael Jackson (aunque bueno; con un papá así...) y por un accidente automovilístico de los mismos; también se les atribuye la culpa de los ataques agresivos de Bjork y muchos otros sucesos dignos de atención farandulezca.
Pero no todo es gris. Estos arduos trabajadores son los responsables de alimentar con imágenes de las tangas salidas, borracheras, y marcas de calzón de nuestras queridísimas celebridades a las revistas de chismes alrededor del mundo. Es gracias a ellas que saciamos nuestra necesidad natural de criticar; proporcionan una salida a nuestras envidias y ocio.
Los invito a dedicar un minuto de silencio en honor a estos grandes obradores de la sociedad mediática, dispuestos siempre a sacrificar su dignidad humana, así como la de sus víctimas, con tal de tomar una buena foto.
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